Los seres humanos tendemos a pensar que las respuestas sencillas y que podemos entender son la verdad. Afrontar el desconocimiento (hay cosas que no sé) o la incapacidad (no soy bastante listo para entenderlo) es una disonancia que la mayoría de los humanos no se quiere permitir. Por eso existe la pseudociencia, porque siempre habrá gente sin escrúpulos dispuesta a sacar dinero a sus semejantes aprovechándose de su bondad, credulidad y sesgos.
Validez intuitiva y eventualidad plausible
Las pseudociencias siempre tratan de buscar aquellos conocimientos que tengan un alto nivel de validez intuitiva, es decir, que nos parezcan tan razonables, que no valoremos buscar la comprobación de este (sesgo de confirmación).
También aprovechan cualquier eventualidad plausible (cherry picking), es decir, cualquier evento que pueda parecer relacionado y que cumpla el parámetro de validez intuitiva se añadirá a la teoría o correlacionará con ella con el fin de aumentar su alcance o su fuerza.
Es por ello por lo que la mayoría de las pseudociencias parecen un monstruo de Frankenstein, con aspectos multidisciplinares que prometen intervenir en aspectos muy distintos y sin aparente relación (neurológicos, psicológicos, fisiológicos, sociales y culturales) de forma transversal.
Construcción de una teoría pseudocientífica
Las pseudociencias desarrollan sus teorías al revés que la ciencia. La ciencia tiene un único método para crear conocimiento: observa la naturaleza, enuncia sus hipótesis, diseña experimentos, mide los resultados y confirma o desecha tu hipótesis.
Si tu experimento no es capaz de confirmar tu hipótesis, entonces tu hipótesis está mal. Si los resultados de tu experimento no coinciden con lo que sucede en la naturaleza, entonces tu hipótesis está mal. Si no eres capaz de repetir los resultados, entonces tu hipótesis está mal. (Richard Feynman).
Las pseudociencias, por el contrario, utilizan un método diferente (más complejo) para poder generar sus falsas teorías:
Paso 1 y 2: Observación y enunciado de la hipótesis
El primer paso es similar al que se produce en ciencia. Se observa un suceso o evento en la naturaleza y se trata de enunciar una hipótesis.
Paso 3: Documentación
Aquí es donde la cosa se torna chunga, ya que, en vez de lanzarse a diseñar un experimento, el pseudocientífico empieza a buscar en ese campo de conocimiento o en los campos relacionados alguna respuesta que cumpla los requisitos de validez intuitiva y eventualidad plausible.
No hace falta que se trate de teorías científicamente demostradas, puede servir perfectamente una teoría desfasada o refutada. También se pueden incluir bulos si los cree una gran cantidad de gente.
Paso 4: Selección de informaciones e invención de las correlaciones
Tras elegir (cherry-picking) aquellas informaciones que sustenten su hipótesis (sesgo de confirmación), que le parezcan más intuitivas o que considere más «vendibles», el pseudocientífico se pondrá a buscar o inventar correlaciones que cumplan los criterios de validez intuitiva o eventualidad plausible confiando en que, las personas que le van a comprar el pescado no van a perder ni un segundo en contrastarlo por su propio sesgo de confirmación.
Paso 5: Adscripción y acumulación
Para asegurarse de que su teoría no es desmontada de forma sencilla, los pseudocientíficos utilizan la técnica del galope de Gish, que consiste en acumular gran cantidad de falacias para que desmontarlas suponga un esfuerzo demasiado grande como para afrontarse.
Paso 5: Promoción
Ninguna teoría pseudocientífica se enuncia para dejarla en un cajón. El objetivo de todo esto es vender y ganar dinero así que es necesaria la promoción. De nuevo, es muy importante para un pseudocientífico utilizar el galope de Gish para abrumar a sus clientes y derribar de ese modo su interés crítico.