B. F. Skinner fue uno de los psicólogos más influyentes del siglo XX y probablemente el más influyente dentro de la psicología científica. Padre del condicionamiento operante y el análisis funcional de la conducta, fue el primero en establecer las bases para que la psicología fuese considerada una ciencia natural.
Predicción y Control
Su enfoque riguroso, objetivo y centrado en la conducta seleccionada por consecuencias permitió explicar, predecir y controlar la conducta directamente en su ambiente, sin necesidad de crear constructos no fisiológicos (p.e. mente).
Los juegos de azar, los algoritmos de presentación de contenido en redes sociales, los procesos educativos y, en definitiva, cualquier técnica o herramienta que pretenda modificar y/o controlar la conducta de un individuo en la actualidad, se basa en su tecnología del análisis funcional y sus principios del condicionamiento operante.
El análisis funcional
Cuando un individuo se relaciona con el ambiente, se producen una serie de relaciones funcionales. El análisis funcional sirve para descubrir y evaluar dichas relaciones y la fuerza de estas, estableciendo la probabilidad del cambio en la conducta del individuo.
Una relación se considerará funcional cuando una modificación en la variable independiente resulte en un cambio en la variable dependiente. Descubrir y modificar las variables independientes del ambiente nos permitirá controlar y modificar su conducta.
Aunque Skinner no desecha la existencia de variables independientes en el interior del individuo (fisiológicas), como dichas variables no se pueden aislar y accionar independientemente, no las considera adecuadas para la modificación de la conducta. Por ese motivo, en el análisis funcional sólo resulta interesante localizar las variables independientes del ambiente. Tratar de localizar las variables independientes internas del individuo resulta en un esfuerzo improductivo.
Condicionamiento operante
Según Skinner, la selección natural ha dotado al organismo de una fisiología que hace posible el condicionamiento. Los individuos capaces de aprender las relaciones de contingencia entre los cambios en el ambiente y la probabilidad de un evento aumentaban sus probabilidades de supervivencia.
Además, el establecimiento de relaciones de contingencia durante su vida (cambio en el ambiente –> probabilidad de evento), es el encargado de moldear la conducta del sujeto en base a selección de consecuencias.
Parece que va a llover. No quiero arriesgarme a llegar empapado a la oficina, así que me cogeré el paraguas.
Una vez encontradas las variables independientes del ambiente, debemos establecer los criterios de reforzamiento. Un reforzador debe genera un cambio en la probabilidad de la conducta del individuo. Si no cambia la conducta, no es reforzador.
Un ejemplo de modificación de conducta
Los propietarios de un restaurante, preocupados por el disfrute de sus platos en la terraza, están tratando de reducir el consumo de tabaco. No quieren prohibirlo (algún cliente se podría ofender) pero tratarán de condicionar a sus clientes para que reduzcan o desistan del consumo en dicho lugar.
El análisis funcional
La variable dependiente (lo que queremos cambiar) es el hábito de fumar en la terraza.
Las variables independientes (elementos del ambiente que podemos manipular) podrían ser las mesas, los ceniceros, el suelo de la terraza, el uso de mamparas y elementos de separación o cobertura, etc.
También sería una variable independiente la conducta de los camareros, ya que podemos establecer una serie de reglas de comportamiento y acciones de respuesta a eventos o conductas realizadas por el cliente.
Existen otras variables que pueden modificar la variable dependiente (p.e. lluvia, calor, precio tabaco, etc.), pero al no estar bajo nuestro control, no podemos considerarlos variables independientes en nuestro estudio.
Una vez establecidas las variables independientes de nuestro estudio, deberíamos empezar a establecer la fuerza de la relación que dichas variables tienen sobre la variable dependiente. Para ello, determinaremos si la probabilidad de que los clientes fumen aumenta (contingencia negativa) o disminuye (contingencia positiva) y la proporción estadística en la que lo hace en función de las variaciones que hagamos de las distintas variables independientes.
- ¿Cuánto se reduce o aumenta la cantidad de gente que fuma (o pide un cenicero) si no pongo ceniceros en la mesa?
- Distribuir los ceniceros en las mesas de un solo lado de la terraza, ¿hace que se concentren los fumadores en las mesas que tienen ceniceros? ¿en qué proporción?
- Si cada vez que alguien lanza una colilla al suelo un camarero se acerca y la limpia apresuradamente, ¿se reduce o aumenta la frecuencia de consumir cigarrillos de ese cliente? ¿y en los clientes de alrededor?
- Cuando un cliente enciende un cigarrillo en la terraza, si un camarero coloca una mampara entre dicho cliente y el resto de las mesas, ¿ese cliente fuma más o menos veces que otro al que no le pongamos la mampara?
- (…)
Obviamente, para tener datos fiables, debemos realizar una definición operacional correcta y establecer una rutina de registro adecuada.
El condicionamiento operante
En base a las probabilidades que hemos detectado en el análisis funcional, podríamos establecer una serie de rutinas para que los camareros dispusieran las mesas de la terraza y actuaran de un modo determinado en el caso de que el cliente se sentara en una mesa, pidiera un cenicero, encendiera un cigarrillo/cigarro, etc.
Esas acciones podrían ir desde colocar mamparas hasta recoger el cenicero de la mesa tras cada cigarrillo apagado. Además, durante todo el proceso de condicionamiento, seguiríamos realizando el análisis funcional para comprobar si la probabilidad de la conducta que queremos cambiar está aumentando o disminuyendo.
Referencias
- Skinner, B. F. (1938). La conducta de los organismos.
- Skinner, B. F. (1953). Ciencia y conducta humana.
- Skinner, B. F. (1969). Contingencias de reforzamiento. Un análisis teórico.