Todos los seres humanos hemos hecho ontología muchas veces, aunque no sepamos que la estábamos haciendo. ¿Alguna vez te has preguntado si dios, los fantasmas, Papá Noel o el Ratoncito Pérez existen de verdad? ¡Felicidades! Eso es hacer ontología.
¿Qué es la ontología?
Resumido en una frase, la ontología consiste en estudiar lo que existe (que hace falta para considerar que algo existe) y cómo existe (en que contexto y con qué características existe). Pero cuidado, la ontología no sirve para conocer la verdad o la realidad (para eso está la ciencia), sino para que cada persona acepte o no la existencia de algo.
Como la ontología es un proceso (secuencia de acciones), no podemos hablar de resultados erróneos (el resultado será el que salga al final de ejecutar las acciones, ni más ni menos). Lo que sí podemos localizar son errores ontológicos (fallos al ejecutar las acciones).
Cuando mi madre (que es católica y creyente) acepta la existencia de Dios está haciendo un proceso ontológico. Cuando yo (que soy ateo) acepto que no existe ningún dios, también estoy haciendo ontología. Ahora bien, yo podría encontrar errores ontológicos en su razonamiento o ella en el mío. Pero esto lo veremos un poco más adelante, cuando hablemos de cómo se hace la ontología.
Relación entre epistemología y ontología
La ontología y la epistemología no pueden existir la una sin la otra.
La ontología es una de las premisas de la epistemología, ya que para poder adquirir conocimiento sobre algo (epistemología), primero necesitamos establecer que ese algo existe y en qué contexto. Para decidir ¿por qué debería salir hoy a la calle con un paraguas? debo empezar admitiendo que existe un paraguas y que está a mi alcance. Ya sé que parece tan obvio que resulta absurdo, pero resulta obvio precisamente porque existe la ontología.
Además, para aceptar que existe algo debo realizar un proceso epistemológico (qué es la epistemología y cómo se hace).
- Cuando daré por confirmado que los paraguas existen.
- Qué fuentes consultaré para aceptar que los paraguas existen.
- Cómo justifico que los paraguas existen.
En el caso del paraguas, el proceso de validación ontológica y epistemológica parece muy obvio, pero ¿podrías confirmar que existe la mente? ¿Los sueños? ¿Los espíritus? ¿Dios?
Como puedes ver, ontología y la epistemología están todo el rato interactuando: la primera se enfoca en el qué y el cómo existe, mientras que la segunda en el cómo sabemos y el por qué sabemos que existe.
Un proceso ontológico con “Matrix” como escenario
Aviso: algunos podrían considerar un destripe alguna de las cosas que voy a comentar. Si te molestan los spoilers es mejor que bajes hasta el siguiente apartado.
Al principio de la película Matrix, el mundo donde vive Neo parece real: ciudades, personas, comida, etc. Pero luego descubre que no es “real” en el sentido tradicional, sino una simulación creada por las máquinas. Esto plantea muchas preguntas ontológicas, como:
- ¿Qué es la realidad?
- ¿Si lo toco, lo huelo, lo veo… es real?
- Si nuestro yo “real” es el que tiene una parte física, ¿soy real cuando estoy dentro de Matrix? Y, si no soy “real” cuando estoy en Matrix, ¿por qué puedo morir dentro de Matrix y eso me mata fuera?
- ¿Es real si estoy dentro de Matrix e irreal sólo cuando lo veo desde fuera o existen diferentes niveles de realidad o existencia?
Como ves, muchas de las preguntas que te he planteado no tienen una respuesta sencilla. Algunas, incluso, tienen distinta respuesta si tenemos en cuenta el contexto (dentro/fuera de Matrix).
Además, cuando Neo tiene que elegir una pastilla, está enfrentándose a una pregunta ontológica: ¿Soy capaz de aceptar que no soy capaz de saber lo que es real y lo que no?.
La ontología en ciencia
La ciencia es la actividad humana que trata de entender, explicar, predecir y controlar la realidad, pero para hacerlo necesita definir qué cosas existen y cómo existen. Y aunque parezca sencillo, no lo es para nada, por eso en ciencia suelen producirse crispados debates ontológicos.
Si los físicos no han conseguido ponerse de acuerdo sobre si el espacio o el tiempo son constantes o variables, imagina los debates que se pueden plantear en otras disciplinas científicas.
En las disciplinas científicas más cercanas a la venta, hay animados debates ontológicos relacionados con el determinismo en los sistemas complejos (¿existe el libre albedrío?), la creatividad generativa (¿somos capaces de imaginar algo que desconocemos?), los constructos psicológicos/sociológicos (¿existe la mente?, ¿las hormonas detonan la conducta o es la conducta la que detona la liberación de hormonas?), etc.
Los debates ontológicos son muy importantes en ciencia porque influyen en el diseño de experimentos, en la definición de modelos o en la efectividad de las mediciones. Además, exigen determinar ¿quién o qué es responsable de los impactos de un sistema o un modelo (creador, usuario o el propio sistema)? Algo especialmente relevante cuando hablamos de ingeniería de procesos.
Por ese motivo, los debates ontológicos en ciencia no son solo filosóficos, sino que tienen implicaciones prácticas. Sin una comprensión clara de lo que existe y cómo existe, la ciencia no podría avanzar de manera efectiva. Los debates ontológicos no son solo abstractos, sino que tienen consecuencias prácticas en el desarrollo de teorías, tecnologías y aplicaciones que impactan nuestra vida diaria.
Cómo se hace la ontología
Hacer ontología es un proceso reflexivo y estructurado que implica explorar las preguntas fundamentales sobre lo que existe y cómo existe. Aunque no hay un “manual único” que dicte cómo se debe hacer, sí hay métodos y enfoques comunes en filosofía, ciencia y otras disciplinas.
En general, el consenso más aceptado es que debemos realizar 4 pasos:
- Identificar los límites del objeto de estudio: necesitas delimitar el tema o área que quieres investigar. Un ingeniero de procesos de venta tendría que definir, por ejemplo, qué se considera parte del proceso de venta y qué no.
- Definir las respuestas ontológicas básicas: ¿Qué existe? ¿Cómo existe? ¿Cuáles son sus propiedades esenciales? ¿Cómo se relaciona con otros elementos?
- Construir un marco categorial: organizar los elementos y conceptos en categorías claras. ¿Es un objeto, un evento, una relación o una propiedad? Definir las categorías correctamente ayuda a saber como debemos tratarlo (si esperamos a que pase, intentamos corregir su efecto, abortamos el proceso, etc.).
- Evaluar y verificar: mediante un proceso epistemológico deberíamos confirmar que, efectivamente, el elemento ontológico que estamos definiendo interacciona con nuestro modelo de alguna forma.
Un ejemplo de proceso ontológico en venta científica
Imagina que queremos determinar si nuestro modelo de venta debería tener en cuenta el cansancio físico de comprador o vendedor. ¿Cómo quedarían los 4 pasos?
- ¿Qué podríamos considerar cansancio de comprador o vendedor?: ¿Falta de sueño? ¿Exceso de carga de trabajo? ¿Falta de tonificación muscular? ¿Enfermedades?
- ¿Afecta realmente el cansancio al proceso de venta? ¿Cómo lo hace?: falta de comprensión, errores en la retención de la información, etc.
- Es una característica de la persona, un evento o una relación?: seria importante definir si el cansancio viene derivado de un evento concreto (su hijo ha tenido fiebre esta noche y no ha podido dormir), si es una característica (avanzada edad) o una relación (no cree que su trabajo incluya tener que escuchar a vendedores… esto pasa muchas veces en la venta de medicamentos). A veces, el elemento puede tener un carácter ontológico múltiple dependiendo de los elementos (en un individuo puede ser una característica, en otros una relación, en otros un evento…).
- Evaluar nuestras hipótesis: ¿por qué está cansado? ¿Cuánto afecta eso a mi modelo?
Aunque pueda resultarte complicado al principio, cuando te acostumbras a realizar procesos ontológicos para los elementos de un modelo de ventas, logras entender mucho mejor dicho elemento y el modelo en su conjunto(por no hablar de que es más sencillo optimizarlo).
Conclusión
Muchos de los constructos que utilizamos a diario sufrirían si los sometemos a un proceso ontológico.
Casi todos aceptamos que el amor, el tiempo, los números, la cultura, los pensamientos, la velocidad… existen. Pero ¿cómo existen? ¿Dónde están? ¿Puedo verlos realmente o sólo veo sus causantes y/o sus resultados? ¿Existen realmente o sólo es un nombre que le hemos dado? Responder esas preguntas te obliga a pensar en lo más básico de todo: ¿qué significa que algo sea o exista?.
Examinar la realidad en su nivel más fundamental, preguntándose qué cosas existen y cómo se relacionan entre sí nos ayuda a entender mucho mejor el mundo.
Pero cuidado, que engancha.